Pais: Brasil

Fecha: 30 de Agosto del 2023

La zanja abierta en el suelo bajo un sistema silvopastoril muestra altas tasas de carbono almacenado en el suelo y la biomasa forestal  por Embrapa, Brasil

Para fomentar el debate y aclarar mitos sobre el papel de los bosques plantados en la mitigación del efecto invernadero, Embrapa Florestas llevó el tema a la 5ª Expoforest de forma muy didáctica. A través de una zanja excavada en el suelo, de 6 metros de largo, 1,5 metros de ancho y 1,2 metros de profundidad, en un área que demuestra un sistema silvopastoril (pasto con eucaliptos), los investigadores Marcos Rachwal y Josileia Zanatta, de Embrapa Florestas, explicaron el papel fundamental que juega el el suelo juega como almacén de carbono, así como en la eliminación de metano de la atmósfera y en la reducción de las emisiones de óxido nitroso. También mostraron la importancia de los bosques a la hora de acumular grandes cantidades de carbono en la biomasa forestal.

Investigaciones más recientes realizadas por el Proyecto Saltus demostraron que el volumen almacenado por el suelo es equivalente al carbono acumulado en la biomasa forestal y, en ocasiones, incluso mayor. Además, los suelos de las plantaciones forestales pueden actuar como sumideros de metano, a través de microorganismos presentes en el suelo, las bacterias metanotróficas, que consumen metano y contribuyen a la reducción de la concentración de este gas en la atmósfera. El tipo de planta cultivada interfiere con la cubierta vegetal y, por lo tanto, puede influir en las reservas de carbono del suelo, cambiando el equilibrio entre el secuestro de carbono y las tasas de pérdida. “Durante el cultivo de eucalipto, el suelo está protegido contra la erosión y los aumentos drásticos de temperatura y, en este sistema, donde la especie forestal está asociada con los pastos, el suelo bajo el eucalipto absorbe cantidades significativas de metano por hectárea/año. Y el metano es un gas que tiene un alto potencial de calentamiento global”, afirma Rachwal.

Dentro de la zanja se pudo observar cómo se distribuían las raíces del eucalipto en el suelo y los visitantes pudieron visualizar la gran cantidad de raíces finas y gruesas que produjo el eucalipto, el cual tenía 7 años.

Profundidad del suelo - “Hasta 1 metro de profundidad se concentra el 50% del sistema radicular del eucalipto. De 1 a 5 metros se encuentran el 40% de las raíces y el 10% restante se encuentran por debajo de los 5 m. Otro dato importante es que las raíces de eucalipto pueden alcanzar fácilmente los dos metros, lo que ayuda a la infiltración del agua y a la calidad del suelo”, afirma Rachwal.

Ciclo de nutrientes - “Además, cuando las hojas de eucalipto caen, formando hojarasca, se produce un ciclo de nutrientes, de modo que el contenido de fósforo, potasio y nitrógeno aumenta en la línea de árboles. En la basura se puede almacenar el 9% del carbono presente en la biomasa total”, explica Zanatta.

Biomasa forestal - “El almacenamiento de carbono en la biomasa leñosa es muy importante, alcanzando 99 toneladas/ha de carbono en la biomasa total, de las cuales el 85% está en el tronco”, dice Rachwal. Otro aspecto interesante observado en el interior de la zanja fue la presencia de una raíz pivotante de gran tamaño, que alcanza una profundidad superior a 1,20 m, procedente de un eucalipto que ya había sido cosechado en el ciclo anterior. “Esto pone de relieve el papel de las raíces que, cuando se descomponen, contribuyen a mantener o aumentar las reservas de carbono del suelo”, señala Zanatta.

Conversión a plantaciones – Luego de recientes estudios de Embrapa Florestas, se utilizó un nuevo índice de alteración de carbono en el suelo, mostrando mayor potencial para mitigar los gases de efecto invernadero (GEI) por parte de las plantaciones forestales. El índice anterior consideraba muy alta la pérdida de carbono (33%) en suelos convertidos a plantaciones forestales. Sin embargo, estudios recientes han encontrado un índice que representa más fielmente las especificidades del país, con una reducción de sólo el 5% en las reservas de carbono. “El hecho de utilizar el mismo índice adoptado para la agricultura acabó penalizando las plantaciones forestales, ya que indicaba pérdidas muy elevadas de carbono en el suelo tras la eliminación de la vegetación nativa, los pastos o la agricultura, seguida de la conversión a plantaciones forestales”, analizó el investigador .de Embrapa Josileia Zanatta, quien participó del estudio. “Comprobamos que, en realidad, este índice es 0,95, es decir, considera una pérdida de sólo el 5%, lo que representa una gran diferencia”, concluyó Zanatta.

Traducido del portugués.

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