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¿Por qué los humedales son tan importantes para las aves migratorias? por Zamorano, Honduras

Pais: Honduras

Fecha: 09 de Marzo del 2023

¿Por qué los humedales son tan importantes para las aves migratorias? por Zamorano, Honduras

Quizás es porque soy un ornitólogo -y un entusiasta aficionado de las aves-, que cada vez que pienso en humedales la primera imagen que viene a mi mente son bandadas de aves acuáticas. Los humedales, en especial los conocidos como “Sitio Ramsar”, son lugares donde siempre se encuentran numerosas aves acuáticas. Este grupo de aves es muy diverso—solamente en Honduras hay más de 100 especies de patos, garzas, playeros, gaviotas, golondrinas del mar, pelícanos, cigüeñas, gallinetas y otras especies con nombres aún más extraños (anhingas, ostreros, policías, chorlitos).

La mayoría de estas especies están estrechamente vinculadas con sus ecosistemas. Muchas se especializan en alimentos (peces, caracoles, cangrejos, etc.) y son buenos indicadores del estado de salud de los ecosistemas. Si queremos conservar un ecosistema acuático, es crítico conocer las aves y sus funciones ecológicas.

En Honduras no hay tantos humedales naturales como en otros países y prácticamente todos ya están ubicados dentro de áreas protegidas. Algunos ejemplos son el famoso Lago Yojoa en el centro del país; la laguna de los Micos, en el Parque Nacional Jeannette Kawas en el municipio de Tela, Atlántida en la costa norte; las áreas protegidas del Golfo de Fonseca, Sitio Ramsar número 1000, que incluyen las reservas de La Berbería y El Jicarito en el departamento de Choluteca. De hecho, hay 12 sitios en el país reconocidos por la Convención Ramsar como humedales de importancia internacional.

¿Qué es un Sitio Ramsar?

Hay una fuerte conexión entre la Convención Ramsar y las aves acuáticas, y en particular las aves acuáticas migratorias. Entre los criterios para que un humedal sea reconocido por la Convención Ramsar es que sea un humedal de particular importancia internacional para las aves acuáticas migratorias. Para entender muy bien esta conexión, recordemos cómo era el mundo en 1971, cuando la UNESCO organizó una conferencia mundial en la ciudad de Ramsar, Irán, que dio origen a la Convención Ramsar.

En aquel tiempo, había muy pocos esfuerzos por proteger humedales e, incluso, de reconocer a especies en peligro de extinción. Muchas de las aves migratorias que se alimentan de peces, y en especial depredadores como martín-pescadores, halcones, águilas, anhingas y cormoranes, estaban desapareciendo y varias de ellas habían sido declaradas en peligro de extinción. Por ejemplo, el halcón peregrino y el águila pescadora, y en el caso de Norteamérica, el águila calva, símbolo de los Estados Unidos de América.

 

No obstante, las desapariciones de estos depredadores no eran por falta de alimento ni tampoco por la cacería. Estas aves estaban siendo envenenadas por comer peces con altas concentraciones de agroquímicos en su cuerpo. En particular, el DDT fue un insecticida popular y ampliamente utilizado en campos agrícolas, que frecuentemente llegaba a los caneles de riego y riachuelos, llegando eventualmente a ríos, lagos y estuarios. Eventualmente, los residuos químicos fueron absorbidos en los tejidos de los peces y sus depredadores. Al ingerir DDT, las aves tuvieron problemas en formar los cascarones de sus huevos, afectando fuertemente su reproducción.

 

El reconocimiento de los humedales con las mayores concentraciones de aves acuáticas migratorias fue una estrategia para crear conciencia de su importancia a nivel mundial. El hecho de ser designados como Sitio Ramsar, les daba a los gobiernos y organizaciones locales una herramienta para poder gestionar apoyo financiero para la protección de lagunas y otros humedales, previniendo la contaminación, la pesca excesiva y otros problemas ambientales.

 

Aunque todo el mundo reconoció el peligro de usar DDT y, de hecho, se ha dejado de utilizar, las amenazas a las lagunas provenientes de la agricultura no han desaparecido. El uso excesivo de fertilizantes también genera contaminación en los ríos y lagunas naturales. La adición de nutrientes (nitrógeno y fósforo) en los ecosistemas acuáticos resulta en la proliferación de algas y plantas acuáticas, lo que puede dejar el agua sin oxígeno y afectar a los peces. Este proceso se conoce como eutrofización. Si los peces no pueden sobrevivir en estas aguas, tampoco pueden vivir las aves que comen peces y, por supuesto, esto también destruye la pesca y la vida de los pescadores en las comunidades cercanas. Grandes áreas de los océanos del mundo ahora se consideran zonas muertas, por haber perdido sus peces a raíz de un exceso de fertilizantes procedentes de la agricultura intensiva. Si hay muchas aves acuáticas en una laguna o en el mar, eso es un indicador de que hay muchos peces y la pesca puede ser exitosa.

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