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El cambio climático puede reducir la incidencia de la roya parda en la caña de azúcar a largo plazo por Embrapa, Brasil

Pais: Brasil

Fecha: 15 de Noviembre del 2022

El cambio climático puede reducir la incidencia de la roya parda en la caña de azúcar a largo plazo por Embrapa, Brasil

 

 

Los cambios climáticos pueden modificar la incidencia de la roya parda en diferentes regiones del mundo. Investigaciones de científicos de Embrapa Meio Ambiente, Embrapa Semiárido, Universidad Estatal de Campinas y el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria de Argentina simularon el riesgo de roya parda de la caña de azúcar para la principal región productora del estado de São Paulo en los escenarios de cambio climático proyectados. El estudio muestra que, en el largo plazo (2071-2100), las condiciones indican una reducción en la favorabilidad climática para la enfermedad, pero en el corto y mediano plazo (2011-2040 y 2041-2070), requerirá atención en el manejo en la región productora.

 

Según la investigadora Emilia Hamada, de Embrapa Meio Ambiente, estos estudios permiten prospectar cambios en áreas climáticamente favorables para la ocurrencia de la roya parda por largos períodos.

 

El cambio climático puede provocar cambios significativos en la ocurrencia y severidad de enfermedades agrícolas y en la distribución de problemas fitosanitarios con graves consecuencias económicas, sociales y ambientales. A pesar de su importancia, estas nuevas distribuciones geográficas y temporales de las enfermedades de las plantas aún requieren análisis.

 

“Estudiamos la distribución geográfica de la roya parda de la caña de azúcar ( Puccinia melanocephala ) considerando las temperaturas medias y la humedad relativa en la principal región productora del estado de São Paulo”, explica Hamada. Detectada en Brasil en 1986, es una importante enfermedad de la caña de azúcar y está presente en prácticamente todo el mundo. “Simulamos su distribución geográfica en base a la favorabilidad climática y considerando proyecciones climáticas en escenarios futuros”, dice el investigador.

 

Las concentraciones atmosféricas globales de dióxido de carbono son las más altas en 2 millones de años, y las concentraciones de metano y óxido nitroso son las más altas en 800.000 años, según datos del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático - IPCC, de 2021. Como resultado Pese al continuo crecimiento en las concentraciones de gas, las temperaturas seguirán aumentando hasta mediados de siglo en todos los escenarios considerados, a menos que se produzcan reducciones profundas en el dióxido de carbono y otros gases de efecto invernadero en las próximas décadas.

 

Bajo los posibles escenarios estudiados, la temperatura global de la superficie podría muy probablemente aumentar de 1,0°C a 1,8°C bajo una emisión muy baja de gases de efecto invernadero, en un escenario optimista y de 3,3°C a 5,7°C bajo un escenario de altas emisiones durante el período 2081-2100 comparado con 1850-1900. Además, el calentamiento global también involucra una amplia gama de eventos, que incluyen el aumento del nivel del mar, el derretimiento de los glaciares, cambios en los patrones de lluvia y eventos climáticos extremos (olas de calor, inundaciones, sequías, ciclones tropicales), que se intensificarán y serán más frecuentes en la mayoría de los países. regiones del mundo.

 

“En lo que respecta a la productividad de los cultivos, el cambio climático será cada vez más dañino a medida que progresen los niveles de calentamiento. La producción de caña de azúcar en el mundo podría verse afectada negativamente y, en consecuencia, surgirán desafíos más importantes, especialmente la sequía, destaca la investigadora Francislene Angelotti, de Embrapa Semiarid.

 

Brasil es el mayor productor mundial de caña de azúcar y la región Sudeste representa el 63% de la producción, siendo São Paulo responsable del 51,8%. “Es fundamental realizar investigaciones para explorar la distribución geográfica y temporal de las enfermedades de las plantas en Brasil, con miras a adoptar medidas fitosanitarias adecuadas para ayudar con las estrategias de adaptación frente a escenarios de cambio climático”, explica Angelotti.

 

El cambio climático puede modificar no solo la geografía de los cultivos, sino también la de las enfermedades, alterando su rendimiento. Sin embargo, estos efectos no serán los mismos para todas las regiones y culturas, ya que áreas previamente libres de ciertos patógenos pueden, en escenarios climáticos futuros, presentar un riesgo potencial para la ocurrencia de enfermedades, o incluso afectar significativamente la severidad e incidencia.

 

También participaron del estudio Renata Gonçalves, de la Universidad Estatal de Campinas, y Alejandro Rago, del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria de Argentina.

Traducido del portugués.

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