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Nueva edición - Monitor para la seguridad alimentaria de las Américas por IICA sede central, Costa Rica

Pais: Costa Rica

Fecha: 26 de Junio del 2020

Nueva edición - Monitor para la seguridad alimentaria de las Américas por IICA sede central, Costa Rica

COVID-19 y la seguridad alimentaria en África subsahariana

 

COVID-19 está acelerado el deterioro de la seguridad alimentaria en África subsahariana (AS). Durante los últimos meses, la pandemia ha acrecentado una problemática prevalente en la región, donde 239 millones de personas sufren de desnutrición y 69 millones experimentan inseguridad alimentaria aguda. Durante el 2020, el Programa Mundial de Alimentos de las Naciones Unidas estima que la inseguridad alimentaria aumentará en al menos doce países de AS, mientras siete ya presentan condiciones catalogadas como de emergencia o catastróficas. A esta amenaza se suman los efectos de la inflación y de desastres naturales y conflictos que plagan el continente. 

 

El impacto de la pandemia se traducirá en distorsiones en la oferta y demanda de alimentos y en un aumento de precios alrededor del continente. Proyecciones del Banco Mundial estiman que la producción de alimentos podría reducirse hasta en un 7% debido a una baja en el consumo y a restricciones de movimiento. El cierre de mercados de alimentos, a la vez, tendrá un impacto desmedido en las PYME, las cuales constituyen la columna vertebral de la cadena de suministro de la región. Finalmente, barreras comerciales en países exportadores afectarán la disponibilidad de alimentos en países dependientes de las importaciones.

 

 

Cooperativa juvenil vi café: la pasión por lograr el mejor café

 

En la frondosa región cafetalera de San Antonio Huista se vivía una persistente paradoja: los productores consumían café de baja calidad, porque vendían sus mejores cosechas.

 

Pero las cosas comenzaron a cambiar hace pocos años, cuando un grupo de jóvenes de familias caficultoras de esa región del norte de Guatemala decidió que ya era hora de modernizar las prácticas ancestrales que lastran la producción y comercialización de sus cultivos, y de favorecer el gusto de sus paisanos por un café de máxima calidad.

 

“Nos reunimos primero seis jóvenes de un grupo de amistad y trabajo y nos organizamos porque había problemas en la región Huista, por prácticas muy atrasadas. Decidimos empezar las nuevas tendencias del mercado, entender qué quería el tostador, buscar mejores mercados y usar mejores prácticas de mercadeo”, contó al IICA uno de los fundadores, José López, de 28 años.

 

Actualmente Vi Café tiene 27 asociados, cuyas edades oscilan entre los 24 y 33 años. Siete son mujeres. Muchos, como José, tiene estudios de agronomía y mercadotecnia.

 

“Hacemos promoción de nuestros servicios y los productores de la región Huista nos traen muestras y los ayudamos a determinar la calidad de café, qué mejoras necesitan hacer, dónde lo pueden vender”, señaló.

 

“Enseñamos que si se no realizan buenas prácticas agronómicas y de post cosecha se afecta la calidad y los que han hecho los cambios sugeridos tienen mayor producción y mejor taza”, agregó José.

 

La silenciosa e impostergable revolución en las prácticas del cultivo del café está impulsada en Guatemala por la Asociación Nacional de Café (Anacafé) y cuenta con el apoyo de PROCAGICA, un programa implementado por la Unión Europea y el IICA.

 

En Guatemala, 125.000 productores y sus familias dependen directamente del café, y de ellos más de 122.000 producen en pequeñas áreas, de acuerdo con Anacafé, entidad privada de servicio público que representa al sector caficultor del país.

 

Como parte de las iniciativas para promover los cambios, Vi Café organizó en abril de 2019 el festival Huist Kapeh (Café Huista, en lengua jacalteca), al que asistieron unas 400 personas. El plato fuerte fue la competencia de cafés especiales. Se premió a los 13 productores que lograron el más alto puntaje y pudieron vender sus productos hasta por 1.500 quetzales (195 dólares) por quintal pergamino, muy encima del promedio de 600 quetzales (78 dólares).

 

También se realizó una competencia de barismo, en la que participaron representantes de 14 departamentos de Guatemala y se inauguró un laboratorio de cata, financiado por el Fondo Nacional para la Reactivación y Modernización de la Actividad Agropecuaria (Fonagro).

 

El laboratorio funciona como eje del control de la calidad del café cosechado por las organizaciones de pequeños productores del área, lo que busca garantizar el acceso a mercados que ofrecen mejores precios por los cafés especiales.

 

“El laboratorio y los talleres de control de calidad que ofrecemos son importantes para que los productores aprecien el café y controlen mejor los procesos de producción y almacenaje”, comentó Roxana Montejo, ingeniera agrónoma de 26 años y actual presidenta de la cooperativa.

 

“Promovemos cafés especiales a la hora de instruir a los productores, insistimos en la humedad, les mostramos la relación entre el sabor y la ganancia”, agregó.

 

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