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Los científicos se basan en evidencias genéticas para una nueva versión de la historia del maíz por Embrapa, Brasil

Pais: Brasil

Fecha: 13 de Diciembre del 2018

Los científicos se basan en evidencias genéticas para una nueva versión de la historia del maíz por Embrapa, Brasil

Un equipo multidisciplinario internacional con científicos de 14 instituciones comprobó por primera vez que las plantas de maíz traídas desde México a América del Sur hace más de 6,5 mil años eran de un tipo genético más primitivo de lo que hasta entonces se creía. Las conclusiones se basaron en evidencias genéticas, arqueológicas y lingüísticas. Eran parte de la obra a los Recursos Genéticos y Biotecnología de Embrapa (DF), el Museo Nacional de Historia Natural Smithsonian (EE.UU.) y la Universidad de Warwick (Reino Unido). Los resultados inéditos de esta investigación se reportan en la edición de la revista norteamericana Science, que circula a partir de este jueves (13/12), en un artículo titulado "Multi-proxis evidencia de la complejidad de la herencia de maíz en Sudamérica" Evidencia multi-proxi destaca un complejo legado evolutivo del maíz en América del Sur). De acuerdo con los resultados, el proceso de selección y domesticación de esa especie vegetal aún no había sido finalizado en México cuando las variedades comenzaron a ser difundidas a América del Sur, donde ocurrió el "moldeo" final del maíz en la región suroeste de la Amazonia. Esto significa una revisión en la historia de la domesticación de una de las más importantes culturas del mundo, revelando que los agricultores mexicanos y del suroeste de la Amazonía continuaron mejorando la cultura a lo largo de miles de años, hasta que la planta fuera totalmente domesticada en esas regiones. El relato de los científicos profundiza la comprensión de las diferentes áreas de investigación acerca de la historia del maíz en la mesa de los hombres. "Es la historia evolutiva de las plantas domesticadas a largo plazo que las hace adecuadas para el ambiente humano de hoy", declara Logan Kistler, curador de arqueogenómica y arqueobotánica del Museo Nacional de Historia Natural Smithsonian, principal autor del estudio. Según él, entender esa historia permite traer herramientas para evaluar el futuro del maíz, mientras que el hombre sigue modificando drásticamente el ambiente global en el intento de aumentar la cosecha para atender a la creciente demanda de alimento en todo el planeta. Del teosinto al maíz La investigación revela que la historia del maíz comienza con su ancestral salvaje, llamado teosinto. De acuerdo con el artículo de Science, el teosinto tiene poca semejanza con el maíz que conocemos en los días de hoy, pues sus espigas son pequeñas y sus pocos granos están protegidos por una especie de envoltura prácticamente impenetrable. "De hecho no conseguimos aclarar por qué la gente se interesaba inicialmente por el teosinto, pero sabemos que con el tiempo los agricultores fueron haciendo selecciones y obteniendo plantas con características deseables, con espigas mayores y granos más suaves, abundantes, haciéndolas la cultura que es hoy ", comenta Kistler. Durante años, los genetistas y arqueólogos dedujeron que la transformación del teosinto en maíz comenzó en las tierras bajas tropicales, actualmente el sur de México, hace unos 9.000 años. El teosinto, que crece naturalmente en esta región, es más genéticamente similar al maíz que conocemos hoy, mientras que el teosinto de otras partes de México y Centroamérica es más lejano del maíz, aunque todos permanecen separados de la planta domesticada por cientos de genes. Polén antiguo encontrado en sedimentos El artículo relata también que en el suroeste de la Amazonía y en el litoral del Perú, el polen microscópico y otros restos de partes de plantas que resistieron al tiempo fueron encontrados en sedimentos antiguos, indicando una historia de uso del maíz totalmente domesticado hace unos 6.500 años. Con ello, los investigadores pensaron, en principio, que variedades de maíz totalmente domesticadas hubieran sido traídas más del norte por las levas migratorias humanas. "De esta forma, antes de hacer este estudio, parecía que sólo había un evento de domesticación en México y que la gente había difundido al sur un tipo de maíz ya totalmente domesticado", comenta Logan Kistler. Pero hace algunos años, cuando los genetistas secuenciaron el ADN del maíz de cinco mil años encontrado en México, la historia se complicó. Los resultados genéticos mostraron que habían encontrado un protomillo (un maíz en etapa genética entre lo salvaje y lo domesticado) y que sus genes eran una mezcla de los encontrados en el teos y en la planta domesticada. Sin embargo, por medio del ADN arqueológico, se sabe que esa planta ancestral ya no tenía los envoltorios duros en cada semilla como el teosinto, sino una paja única envolviendo la espiga, como en el maíz, aunque aún no ha adquirido otras características que hicieron del maíz una cultura ampliamente conocida. Con eso, los científicos tenían un misterio y, para solucionarlo, el equipo coordinado por Kistler reconstruyó la evolución de la planta. Para ello, hizo una comparación genética de más de 100 variedades de maíz moderno que crecen en todas las Américas, incluyendo 40 variedades recién secuenciadas - muchas de las tierras bajas de América del Sur, sub-representada en estudios anteriores. Traducido del portugués. Seguir leyendo


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