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Prendas que no se mojan. Utadeo, Colombia desarrolla material a partir de microrganismos y nanotecnología

Pais: Colombia

Fecha: 28 de Noviembre del 2018

Prendas que no se mojan. Utadeo, Colombia desarrolla material a partir de microrganismos y nanotecnología

Al interior del Semillero de Nanobioingeniería, liderado por Alis Pataquiva, se desarrolló un biopolímero con una nanocapa de titanio que le permite al material repeler el agua. Gracias a la articulación con el programa de Diseño y Gestión de la Moda de Utadeo, el biopolímero fue empleado en la confección de zapatos y accesorios. Sin embargo, sus usos pueden abarcar la medicina y la electrónica. Imagine que va caminando por la calle en un día lluvioso. Es en esos momentos cuando desearía tener una chaqueta o una falda que no se mojara. Esta, precisamente, es la innovación que, desde hace un poco más de un año, se viene gestando en el Laboratorio de Nanotecnología, de la mano del Semillero de Nanobioingeniería, liderado por la profesora Alis Pataquiva, que ha contado con la participación de las estudiantes del programa de Ingeniería Química, María Alejandra Murillo y Valentina Ruano, y con la articulación del programa de Diseño y Gestión de la Moda, que, de la mano del profesor Santiago Romero y el estudiante Salim Kadamani, han convertido un biopolímero constituido por nanocelulosa procedente de un cultivo de bacterias y levaduras en elegantes prendas de vestir, marroquinería y accesorios. Aunque el uso de este biopolímero ya ha sido implementado en otras latitudes desde hace más de una década, especialmente por la diseñadora de moda inglesa Suzanne Lee, quien con su proyecto Biocouture trabaja en la sostenibilidad de la moda a partir de la creación de ropa producto de la fermentación de azúcar y té verde, lo innovador de la propuesta de las tadeístas radica en la capacidad que tiene el material de repeler los líquidos, gracias al recubrimiento de nanopartículas de titanio que las investigadoras agregan al material, mediante un proceso de inmersión de este durante 24 horas, en una sustancia gelatinosa en las que estas partículas de titanio, equivalentes a una mil millonésima parte de un metro, se encuentran suspendidas. Al final del proceso, una nanocapa de este elemento químico, imperceptible al ojo humano, queda adherida al biopolímero. En su estado sin las nanopartículas, el biopolímero absorbe cerca del 98% de su peso en agua, convirtiéndose en un problema para su producción en la industria de la moda, mientras que, con la capa protectora, esta absorción se reduciría significativamente al 2,7% de su peso. En un momento donde la industria de la moda es considerada la segunda más contaminante del mundo, y los polímeros, entre ellos algunos cueros sintéticos o los plásticos derivados del petróleo, los materiales menos amigables con el medio ambiente, esta solución se plantea como una opción que le apuesta a la búsqueda de materiales biodegradables que puedan exhibir las mismas propiedades de los materiales tradicionales, sin tener un impacto negativo en el medio ambiente, tanto desde en su producción hasta su ciclo de consumo. En ese sentido, el proceso de degradación de un polímero tradicional ocurre en aproximadamente 700 años, causando graves daños ambientales, entre ellos las ya conocidas islas de plásticos, mientras que un biopolímero puede llegar a este proceso en cuestión de meses. De un cultivo de bacterias a una prenda de vestir La génesis del material ocurre a partir del cultivo simbiótico de levadura y bacterias de ácido acético, sustancia que principalmente se encuentra disponible en el vinagre y que le otorga su olor agrio característico. Este proceso de fermentación, que dura aproximadamente 21 días, requiere bajas concentraciones de oxígeno, así como la presencia de fuentes de carbono y nitrógeno. Aquí las tadeístas experimentaron sobre las propiedades mecánicas que tendría el material en diferentes momentos de la fermentación, encontrando que a los 8 días el material es completamente elástico, mientras que a partir del día 15 tiende a volverse plástico elástico, similar a algunas fibras que se utilizan en moda. Producto de esta fermentación, surge una capa de material grueso altamente cargado de agua, razón por la que, antes de la inmersión en las nanopartículas, el material se dispone en un secador para garantizar la reducción de la mayor cantidad de humedad, y con ello, garantizar la adherencia del titanio. De igual manera, la pigmentación también ocurre cuando el material se encuentra seco, pues ello permite mejor la adhesión de los tintes con los que se trabaja, especialmente aquellos de procedencia vegetal, como extractos de espinaca, remolacha o frutas, para garantizar que la prenda esté libre de químicos que impacten negativamente al ambiente. Seguir leyendo


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