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Drones de bambú: en Tucumán desarrollan su estructura con este material, EEAOC (Argentina)

Pais: Argentina

Fecha: 15 de Junio del 2016

Drones de bambú: en Tucumán desarrollan su estructura con este material, EEAOC (Argentina)

Investigadores de Ciencias Exactas ensamblan partes de estos vehículos, programan su navegación y además ofrecen asistencia en la agricultura de precisión. Los drones llevan varios años surcando el espacio internacional, su desarrollo ha llegado a ser muy sofisticado en los países del primer mundo dónde comenzaron con fines bélicos, para extenderse luego a fines comerciales, civiles y de entretenimiento. Sin embargo, su aterrizaje en los países con menos desarrollo tecnológico fue más lento e incipiente. El desafío para regiones como el Noroeste Argentino y especialmente Tucumán es ser capaces de programar drones, repararlos, potenciarlos y adaptarlos a los diferentes usos y al contexto de cada región. Porque adquirirlos, hoy en día y con la globalización, es relativamente sencillo desde cualquier parte del mundo y hasta los modelos más sofisticados. Gustavo Juárez, director del Laboratorio de Inteligencia Artificial de la Facultad de Ciencias Exactas y Tecnología (FACET) de la UNT, contó que en la facultad adquieren "drones abiertos", es decir por piezas separadas para luego ensamblarlas y programarlas. Y como valor agregado comenzaron a desarrollar su estructura de bambú. Esta planta es muy utilizada en la construcción sustentable. Por su rigidez y maleabilidad, resulta una excelente opción para reemplazar a algunos productos contaminantes y además la planta crece a gran velocidad. Originario de la India, el bambú llegó al Noroeste Argentino a finales del siglo XIX. En Tucumán forma parte de nuestra cultura campesina y está íntimamente relacionado al desarrollo de la industria azucarera. Con respecto al nuevo material Juárez señaló que sirve principalmente para reemplazar la estructura del dron cuando sufre algún daño, porque el bambú tiene la ventaja de ser muy liviano y resistente, además de ser ecológico y encontrarse fácilmente en nuestra Provincia. Aclaró que en el caso de los vehículos aéreos a rotores, las principales fallas suelen presentarse en la estructura y la hélice. El investigador sostuvo que la FACET adquiere las estructuras, placas navegadoras, rotores, baterías, cámaras y en el laboratorio hacen la integración electrónica de esos componentes y generan los algoritmos inteligentes para la navegación autónoma. Emplear inteligencia artificial implica usar una serie de técnicas que facilitan las tareas a los seres humanos. El equipo tucumano desarrolla algoritmos que son programados en la placa controladora de vuelo, dotan de cierta autonomía al dron y le permiten cumplir un objetivo y volver al punto de partida, tomando las decisiones correctas. Por ejemplo, son capaces de superar obstáculos en el trayecto e inclemencias climáticas. Servicio integral para los agricultores Esta iniciativa se materializa en conjunto a través de un convenio con la Estación Agroindustrial Obispo Colombres (EEAOC) para poder prestar un servicio a los agricultores. Juárez y otros investigadores integran un Proyecto de Desarrollo Tecnológico y Social (PDTS) de la Nación con la idea de cooperar con los agricultores de la región, a través de la EEAOC. "Buscamos que el agricultor no sólo sepa el estado de humedad del suelo, cuáles son las zonas afectadas por plagas, sino que además pueda identificarlas en terreno y así actuar en consecuencia", describió el profesional. Juárez comentó que muchas veces se adquieren sofisticados sistemas de navegación aérea pero se carece del software necesario para procesar las imágenes. Otras veces se rompen piezas y cuando el dron viene cerrado no puede repararse. "La ventaja de una programación local de los drones es que podemos redirigirlos, reprogramarlos, repararlos y ayudar a interpretar imágenes, a un precio más accesible que los que se consiguen afuera", precisó. Un vuelo, múltiples usos Los drones más grandes del mundo puede recorrer 100 kilómetros de ida y 100 de vuelta con control automatizado, como 3.000 campos de fútbol en un solo vuelo. Las minas abiertas más grandes del mundo, en Chile, ya lo usan para tareas de topografía. En Medellín, los usan para inspeccionar sus líneas de alta tensión, que suelen ser blanco de ataques de la guerrilla local En lo civil los drones están siendo usados, por ejemplo, para detectar fallas estructurales en edificios o puentes; en la agricultura y ganadería también, para sobrevolar y tomar imágenes de los campos. Se los utiliza en materia de seguridad por ejemplo para detectar delincuentes furtivos, prevenir delitos o prestar apoyo aéreo en incendios u otros desastres naturales por su velocidad de vuelo y porque no hay riesgo de perder vidas humanas durante la actividad. También se los emplea para la búsqueda de personas extraviadas en la montaña y para el control fiscal en Argentina sirven para sobrevolar terrenos que fueron declarados al fisco como baldíos. Otro empleo tiene que ver con la vigilancia fronteriza. Los vehículos aéreos no tripulados se utilizan para profundizar la investigación científica en diferentes disciplinas como la arqueológica, topográfica, biológica, etc. En los casos en que se estudia la ruta de un huracán o para reproducir la ruta de aves en libertad, por ejemplo.


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