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Tecnología de producción de higuerilla en el estado de hidalgo, INIFAP (México)

Pais: México

Fecha: 10 de Mayo del 2016

Tecnología de producción de higuerilla en el estado de hidalgo, INIFAP (México)

La higuerilla es una de las alternativas para la obtención de biocombustibles tales como el biodiesel y la bioturbosina. El agotamiento de los combustibles fósiles, su alto costo en los mercados internacionales y las consideraciones ambientales respecto a la contaminación y liberación de carbono a la atmósfera, genera una preocupación internacional que conduce a algunos equipos multidisciplinarios a buscar y estudiar especies proveedoras de combustibles opcionales. En este sentido, la higuerilla (Ricinus communis L.) constituye una alternativa válida para la obtención de biocombustibles tales como el biodiesel y la bioturbosina. En el estado de Hidalgo, el Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias con financiamiento de la Fundación Hidalgo Produce, A.C. desarrolló el proyecto: "Módulos de validación y transferencia de tecnología de especies oleicas" cuyo objetivo era impulsar el establecimiento del cultivo de higuerilla en el valle del Mezquital y en la vega de Metztitlán, como una alternativa en la agricultura de la región. Actualmente la industria que usa como materia prima el aceite de higuerilla, y la industria bioenergética que se está desarrollando en México para producir biodiesel importan el aceite para satisfacer la demanda nacional. Uno de los primeros usos del aceite de higuerilla fue como combustible de lámparas y la elaboración de ungüentos, se puede encontrar en algunas farmacias y se usa como laxante y como purgante en la preparación para toma de radiografía abdominal. El aceite de higuerilla o ricino, tiene aplicaciones en la producción de lubricantes y plásticos, y en la industria farmacológica y cosmética; el principal derivado comercializado en el mercado internacional es el aceite hidrogenado. A diferencia de otras semillas oleaginosas, los residuos que se obtienen tras extraer el aceite de la semilla, no se puede utilizar como forraje de manera directa, debido a la 10 toxicidad que presentan; sin embargo, dichos residuos son ricos en nitrógeno, fósforo y potasio, haciéndolos muy útiles como fertilizantes orgánico TECNOLOGÍA DE PRODUCCIÓN Preparar una cama de siembra apropiada que favorezca la germinación y el establecimiento del cultivo, bajo el sistema de labranza tradicional. Consiste en realizar subsoleo, cinceleo, barbecho, rastra y/o nivelación, de acuerdo con las necesidades del terreno, disponibilidad de maquinaria, disponibilidad económica y rentabilidad de las labores que se realizan. Lo anterior, con el fin de que las plantas presenten una nacencia uniforme y un desarrollo favorable durante su cultivo. Subsoleo: Esta labor se realiza a una profundidad de 80 cm y se recomienda cuando en el terreno existe una capa u horizonte compacto entre los 25 y 35 cm de profundidad, provocada por el continuo paso de maquinaria o la naturaleza genética del propio suelo, la cual impide el almacenamiento de agua y el desarrollo de las raíces. Cuando se realiza esta labor para romper capas de barro o tepetates, es necesario incorporar materia orgánica (3 a 5 t/ha durante tres años consecutivos) para evitar que la cantidad de arcilla o carbonatos estén en la capa arable y provoque problemas mayores de manejo, disponibilidad de nutrimentos y de estructura del suelo. Cinceleo: Esta actividad tiene la misma finalidad que el subsoleo, pero su acción es entre los 40 y 60 cm de profundidad lo que permite mayor número de cinceles. El cinceleo se utiliza como medida de prevención de la formación de la capa dura provocada por el paso de maquinaria agrícola y como un sustituto del arado en algunos tipos de suelo que lo permiten. Barbecho: Esta labor debe hacerse a una profundidad de 30 cm e inmediatamente después de haber levantado la cosecha anterior. Con esta labor se obtienen los siguientes beneficios: incorporar al suelo la paja del cultivo anterior y de la maleza, las cuales al descomponerse aportan materia orgánica y eliminan larvas al exponerlas a las condiciones del medio ambiente y a las aves; esta labor permite también mayor captación de agua y conserva mejor la humedad aportada por las lluvias de invierno. Rastreo. Después del barbecho se aconseja realizar uno o dos pasos de rastra con los cuales se logra una cama de siembra adecuada y una mayor seguridad en la emergencia de la semilla. Esta actividad dependerá de lo arenoso del suelo y además permite destruir los terrones que hayan quedado o se hayan formado durante el barbecho; días antes de la siembra se puede efectuar un segundo rastreo para romper la costra formada en la superficie del suelo y eliminar las malas hierbas que hayan podido nacer y desarrollar desde el primer rastreo. Nivelación: Mediante esta labor se evitan posibles encharcamientos o que queden superficies secas durante la aplicación de riegos o después de un evento de lluvia. La nivelación del terreno favorece una circulación apropiada 17 del agua y permite además, sellar el suelo y conservar la humedad captada. Surcado: El surcado se debe efectuar a 80 cm de ancho, o en camas de 1.5 m de ancho


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