Pais: Chile

Fecha: 28 de Marzo del 2016

FIA apoya el desarrollo de un envase que se degrada en poco tiempo y cuida los productos.

Un grupo de investigadores desarrolla plásticos que en vez de demorarse 400 años en desaparecer del medio ambiente lo hacen en menos de tres años y que pueden mejorar las cualidades de los productos que envuelven. Chile tiene una gran tarea en materia de manejo de desechos plásticos. Según estudios de la Universidad de Georgia, entre 10 mil y 25 mil toneladas de residuos de este tipo no tienen el tratamiento adecuado para no contaminar el medio ambiente por siglos y siglos. Héctor Echeverría, director ejecutivo de la Fundación para la Innovación Agraria (FIA), destaca que, al ser Chile un gran exportador de frutas, la industria agrícola se verá directamente beneficiada con el desarrollo de este film, ya que se disminuiría la cantidad de frutas y verduras que se pierden durante la exportación gracias a su doble funcionalidad biocida-fungicida, que conserva, aumenta el tiempo de vida útil y calidad del producto, retardando la descomposición de los alimentos, y, además reduciendo el tiempo en que se degradará el polímero en el medio ambiente. Este es un tema que siempre ha interesado a la investigadora del Laboratorio de Polímeros de la Facultad de Química y Biología de la Universidad de Santiago de Chile, Dra. Paula Zapata, por lo que durante los dos últimos años se ha dedicado a desarrollar un producto que aporte a la disminución de los desechos plásticos que se generan en el país. En este camino, el equipo que lideró se dedicó a conocer las necesidades empresariales en torno a este tema, donde pudieron observar que la industria frutícola requiere proteger sus productos en las etapas de transporte para mantener su frescura y calidad. Fue así como se enfocaron en los requerimientos de los productores y exportadores de uvas, que tienen el permanente desafío de combatir la Botrytis cinerea, un hongo altamente agresivo, que cada año genera pérdidas cercanas al 20% de la uva de mesa y hasta el 70% de algunas variedades de uva vinífera. Con esos dos fundamentos de base se abocaron al desarrollo de un envase plástico que se degrada en un plazo máximo de tres años, gracias a la utilización de compuestos naturales y que contiene un biocida, también natural, que combate la llamada "pudrición gris" en los frutos (Botrytis cinerea). Esta labor se desarrolló en colaboración con la Dra. María Teresa Ulloa y el Dr. Eduardo Álvarez, académicos de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile. Para lograr buenos resultados, la experta cuenta que debieron realizar un estudio acucioso sobre la cantidad mínima necesaria para combatir el hongo en las uvas y también encontrar un degradante amigable con el medioambiente para que cuando el plástico cumpla su ciclo de vida se pueda descomponer sin producir efectos secundarios que contaminen. "En la actualidad, existen envases oxobiodegradables en el mercado. La gran novedad que ofrece nuestra solución es que se le agregan productos naturales que aceleran el ciclo de vida del polímero y no estearato de magnesio o cobalto, como ocurre en otros casos, que quedan en el ambiente", aclara la Dra. Zapata. Franco Rabagliati, jefe del Laboratorio de Polímeros de la Facultad de Química y Biología, quien colaboró con este proyecto, señala que la degradación del plástico en un plazo menor ha sido un tema muy difundido en el mundo de la academia y de la investigación especializada durante las últimas décadas; sin embargo, afirma que la tendencia actual se dirige a otorgarle valor agregado a esos productos, respondiendo a las necesidades de las empresas que los utilizan. "En ese sentido, es muy relevante traer este tipo de iniciativas a la facultad, ya que se prepara a los futuros profesionales del sector para que estén atentos al cuidado del medio ambiente y para que puedan trabajar mano a mano con la industria. En el Laboratorio de Polímeros, en estos momentos, tenemos estudiantes de doctorado y maestría que pueden realizar sus tesis e iniciativas de investigación a partir de este tema", manifiesta. Este es el caso del Magíster en Química, Daniel Canales, quien empezó su formación en el desarrollo de este proyecto y actualmente se encuentra cursando un programa de doctorado. El trabajo, que fue financiado con recursos de la Fundación para la Innovación Agraria (FIA) y el Gobierno Regional Metropolitano de Santiago, está finalizando e iniciando conversaciones con empresas para comenzar su escalamiento a nivel industrial. Además, la iniciativa cuenta con una solicitud de patente para Chile y el extranjero. "Como fundación apoyamos esta iniciativa y nos interesa seguir apoyando el desarrollo de esta sinergia entre la investigación, la industria y el mercado, que es finalmente donde se quiere llegar con el producto y que este biofilm sea una alternativa realmente rentable y desarrollable en el tiempo", concluye.